martes, 6 de mayo de 2008

6

En la estación del metro
la masa me molesta.
Desde la barra
colgado como un mono
yo también estorbo
a ese tipo que me mira con metralla.
Va a asesinarme. Venga, hazlo.
Qué asco tengo.
No sé como me permito
salir, andar, besar, dormir
si hasta la vida me mira con arcadas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El asco es uno de nuestros amigos más íntimos. Le desafiamos mirándolo fijamente a los ojos, pero sólo obtenemos una callada de desprecio por respuesta

saludos

Sergio Velasco dijo...

coje un taxi