lunes, 16 de junio de 2008

19

Debí de salir del coño de mi madre
-perdona, madre, que sea así, tan rudo-
y caer en las páginas de un diccionario.
No hay paso que no dé sin una palabra
santa, puta, viva o muerta.
Seguramente mi cordón umbilical
tuviera más sílabas que proteínas.
Está claro que por eso soy pálido
y tengo estos andares pausados.
Por eso mi cuna fue en verdad la luna.
Por eso estos juegos palabares.
Por eso me infecto la herida cuando digo que amo.

3 comentarios:

Jara dijo...

Deberias odiar
así quizás la herida infectada pasaría al cordón umbilical y el veneno conseguiría que las putas palabras ya muertas que pudieron salir de tu boca, fueran un roto te quiero.

dEsoRdeN dijo...

Es que el verbo 'amar' es pluscuamperfecto, y duele cíclicamente con una esdrujulez insoportable

Anónimo dijo...

eso está bien, pero todos sabemos que las palabras son putas, vagan de boca en boca, de hígado a hígado, para nunca más volver


saludos