La imagen de ella sobre mí
quiero guardar, como una foto
que lleve en la batalla de mis días.
Ella meciéndose hermosa.
Ella en un baile de sexo.
Cuando me haya devorado como una mantis
y vaya ya decapitado,
sin luz ni norte,
moribundo por la gran vía,
sin esquivar los coches,
la tendré a ella, en la imagen
de su cuerpo sobre el mío,
en mi cartera, junto a un billete del metro
y un texto de Gil de Biedma.
lunes, 21 de julio de 2008
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