Me diste ventaja aquella noche
como a sus novios Atalanta.
Dos chupitos, más cervezas,
besos por la espalda
como lanzas precisas.
Después, ya herido por tu cuerpo,
el mío cayó en un lado de la carretera.
No pondré en mi boca
la palabra engaño;
un cazador no promete sino muerte;
pero debajo de la lengua tengo
el agrio sabor del abandono.
Como en las canciones de pop ñoño
te preguntaría Por qué no me amas,
pero mejor dejo mi cuerpo aquí
en el arcén
y revivo el impacto de tu amor caduco
una noche de copas.
Y tu rostro, tu belleza
jodidamente dañina
entre mis manos presas.
miércoles, 23 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
y pesan las sórdidas palabras encerradas tras la mirilla del cazador, y la calle, tiene sabor a alquitrán, aún caliente, como tu cama....
llevaba tiempo sin pasarme,
tus palabras se clavan, permanecen...
un placer pasar por aqui y gracias por la invitación
lua
Pues aqui me tienes fiel a las palabras alcoholicas de amores rotos,dañinos o ensangretados, porque sea como sea este puto sentimiento siempre saca la mejor poesía de nuestros adentros.
de vacaciones?tus palabras se echan en falta...quedan retorcidas, las anteriores, en la barriga, ansiosas por ser participes de de un nuevo naufragio
saludos y disfruta, dondequieraqueesteés
lua*
vuelveee a casa vuelveee :P
todo bien?
:)
xx
ok. avisa cuando regreses.
muas
Publicar un comentario